Ó S C A R   A G U I L E R A

L A   R E A L I D A D   E S   M Á S   P O É T I C A

Q U E   L A   I M A G I N A C I Ó N

p o r   S a n d r a   M a l d o n a d o  H e n r í q u e z

 
 

 

 

 

 

 

Óscar Aguilera nació en Noviembre de 1954 en una casa de 1880 y fue confirmado en la fe católica en una iglesia fundada en 1554.

Pertenece a la generación que cantó a los Beatles, Sandro, Favio, Piero, Quilapayún, Inti-illimani.  Aquella que supo de trabajos voluntarios y bombardeos a palacios.

Estudió Pedagogía en Castellano en la Universidad de Chile y se tituló de escritor antes que de profesor, lo que le ha permitido estudiar más y enseñar más.

Muy prolífico en su creación ha escrito poesía, novelas, guiones para teatro, radio y televisión, además de explorar el campo musical a través de la cantata.  Algunos de sus muchos libros publicados son: "Cincuenta centímetros de diámetro tiene tu libertad", poesía, 1990.  "Las vidas del Poeta.  Cantata por la vida de Neruda", 1992.  "Cartas entre Vicente y Juanita, llamada después Teresa", novela, 1992. "Operación Albania...sangre de Corpus Christi",crónica, 1996.  "El puente y la casa del ministro", novela, 2009.


 

 

 

 

 

¿Óscar, cómo nació en ti el gusto por el arte y la escritura en particular?

 

Escribía desde adolescente.  Me casé muy joven, a los 18 años, en mala fecha, poco antes del golpe militar. Después de éste, a poco andar, ya estábamos enviando con amigos textos al extranjero, como parte de una resistencia cultural.  Pero fue en 1979 cuando mi vida dio un vuelco importante e ingresé al Grupo Cámara Chile, dirigido por Mario Baeza, hombre muy valiente que enfrentó la dictadura y que era casi intocable dado el prestigio que tenía. Baeza por esa época fue responsable de seminarios como "El Miedo en Chile Hoy"; "El Teatro en Chile Hoy"; "Recreando a Goya" donde un grupo de pintores hacía sus propias versiones de las obras que Goya pintó durante la invasión de Napoleón a España, logrando un paralelismo con lo que estaba pasando en Chile.  Baeza tenía el buen humor de enviarle invitaciones de estos eventos a Pinochet, y éste, a través de su jefe de gabinete, le respondía que no podía asistir.

 

En ese entonces junto con mi ex esposa, la directora y actriz  Ana María Vallejos, tuvimos el desparpajo de hacer algunas obras y proyectos de teatro en las poblaciones, hasta que nos dimos cuenta que nos seguían algunos vehículos de la CNI, pero teníamos que seguir adelante.

 

¿De donde viene tu interés por hacer música para niños?

 

Durante los 80 estuve muy vinculado, como te decía, al grupo Cámara Chile donde trabajaba como coordinador del área teatral y área infantil.  Ahí conocí a Rodrigo García y Gonzalo Pinedo, que tenían interés en formar un grupo de música infantil en 1979, el año internacional del niño.  Me pidieron algunas canciones y así nació el grupo "Zapallo" el que se mantuvo por más de diez años, llegamos incluso a participar en el Festival de Viña del mar en el año 91.

 

Muy unido a esta experiencia, en 1986 me contactaron de la producción de canal 11 de televisión, que aún pertenecía a la Universidad de Chile, para realizar algunos guiones de un teleteatro infantil llamado "Patio Plum". Labor muy difícil ya que al verme obligado a entregar diariamente los escritos se transformó como en una máquina devoradora de ideas.  Por este motivo hablé con un amigo de la infancia, Sergio Herskovitz y fuimos los co-libretistas de este programa.

 

¿Tuviste que ver algo en la creación de los personajes de "Patio Plum" o estos ya existían?

 

Los personajes ya estaban. Pero había un títere que se llamaba "Don Simón" que lo creé yo.  Él tenía que ver con mi anhelo de saber muchas cosas, así que este personaje, que era un pedestal de la sabiduría, obligó a la producción del canal a entregarme muchas enciclopedias para hacer los libretos.  Fue una época muy importante, ya que ese programa es recordado por toda  una generación.  Su concepción también fue particular en ese tiempo de dictadura, ya que era profundamente democrático y todos los que participábamos en él nunca tranzamos con las leyes del mercado.  Ningún personaje se vio obligado a promover algún producto de consumo masivo.

 

El "Patio Plum" marcó hitos sensacionales, fuimos los primeros en hacer video clips en la Televisión Chilena. Yo escribía letras que eran musicalizadas por Manuel López (ahora un gran amigo) y una vez a la semana grabábamos un video clip con los muy rudimentarios medios que teníamos a nuestro alcance.  Otro hito importante fue que en este programa el grupo Los Prisioneros tuvo una de sus primeras presentaciones en televisión, en un momento en que a pesar de la gran fama que tenían estaban vetados en televisión y radio; se dio la casualidad de que el guitarrista Claudio Narea era una especie de primo lejano de mi co-libretista, por lo que hicimos un esfuerzo creativo e inventamos un festival de la canción en el que dos títeres muy revoltosos, que eran los "Hermanos Cortines" cantaron junto a los Prisioneros La voz de los 80.

 

También tuve una corta incursión en el año 1984 en la Radio Mundo Nuevo, hoy Nuevo Mundo, con un radioteatro infantil.

 

¿Qué te lleva a  hacer arte para los niños?

 

Debe ser porque fui papá muy joven, a los 20 años.  Primero por una cosa de comunicación con mi hija, empecé a hacerles pequeñas canciones, de ahí se me abrió un mundo de posibilidades, ya que como dice Serrat "Todos lo niños son mis hijos" decidí continuar en este camino.  La práctica del arte infantil es sumamente liberadora, exige profundidad, concesión, claridad y creatividad, además es retroalimentada.  Ahora estoy por vivir mi segunda etapa, ya que pronto seré abuelo, y espero reactivar esa área.

 


 

 


 

¿Cuándo publicaste tu primer libro de poemas?

 

Tardíamente para mi generación, recién en el año 1988, inmediatamente después del pebliscito publique un cuadernillo muy hermoso que se llamó "Plebiscito-poesía", la portada fue hecha por la pintora Aura Osses y el libro fue impreso con tinta violeta.  Pasaron dos años sin publicar salvo trípticos, hasta 1990 en que publiqué "Cincuenta centímetro de diámetro tiene tu libertad".

 

Al poco tiempo, gracias a que unos escritos míos llegaron a España y fueron leídos por una estudiosa de literatura hispano americana, con quien mantuve cierto romance, es que fui a ese país, específicamente a la ciudad de León;  un lugar muy medieval, lleno de tradiciones.  Allí di clases y charlas principalmente sobre Gabriela Mistral y Pablo Neruda, pero un día me encargaron hablar acerca de Vicente Huidobro, lo cual me llevó a estudiar profundamente a este poeta.  Por supuesto en la biblioteca de León existe más material de Huidobro que en Chile.  En uno de los libros que consulté, que era una antología publicada en España por Hugo Montes, encontré un detalle que me obsesionó: un listado de todos los compañeros de curso de Vicente en el año 1900 en el colegio San Ignacio, donde figuraba un primo y el hermano de Juanita Fernández Solar, Teresita de Los Andes.  Ella era una mujer muy bella de unos ojos color jacinto, y tomando en cuenta además que su hermano también fue poeta, me surgió inmediatamente la trama novelesca de que Vicente Huidobro debió haber conocido a Teresita e intentado enamorarla.

 

Por supuesto es una historia inventada, pero cuando volví a Chile, puse los retratos de Vicente y Teresa en mi escritorio, me compré una vieja máquina de escribir olivetti y comencé a escribir muy fluidamente estas cartas de amor, esta correspondencia que se transformó en la novela "Cartas entre Vicente y Juanita, llamada después Teresa".

 

Lo curioso fue que escribí tres carillas y dije "no, así no es", las rompí y las tiré al canasto.  Después recomencé la novela en un acto de fluidez tal, que un crítico de un diario de Talca dijo que parecía que Juanita y Vicente escribían por mano propia, que Óscar Aguilera era sólo un intermediario que desaparecía.

 

Fueron unos meses de gran misticismo.  Imagina que meterse en el alma de un joven poeta aristocrático, tal vez no es tan difícil, pero entrar en el alma de una adolescente que después sería santa es una ardua tarea.

 

En mi obsesión por publicar la novela, fui a la tumba de Huidobro en Cartagena a pedir su permiso.  Conversé con él mentalmente por largo rato hasta que sentí que tenía su beneplácito.

 

Por otra parte, yo que soy muy creyente, pero no  observante católico,fui al Santuario donde están los restos de Sor Teresita.  Al llegar a su tumba observé que estaba cerrada justo en el momento en el que un cura muy carismático estaba haciendo misa, y yo que hace tiempo no iba a una, me quedé escuchándola  esperando que terminara, pensando que después abrirían el acceso al sepulcro.  Pues bien, cuando terminó la ceremonia miré la reja de acceso y vi que siempre estuvo abierta, entonces sentí que sor Teresa me había obligado a escuchar la misa.  Me dirigí a conversar con sor Teresita, un lugar muy hermoso donde se respira una paz que no te puedo explicar.  En eso estaba cuando se me acerca el sacerdote que resultó ser el padre Marino Purroy, quien estuvo a cargo de llevar el caso de la canonización de la santa. Instintivamente le entregué el original de la novela y le pedí que la leyera.  Él la recibió y me retiré sin esperar mucho de ahí.  La sorpresa fue que me llamó al día siguiente y me dijo "He leído su novela en dos horas.  ¿Va a hacer una edición sencilla o de lujo?, porque si es sencilla le compramos para el santuario mil ejemplares".   Me citó al día siguiente y la oferta había cambiado comprometiéndose él, a través de la Editorial Carmelo Teresiana, a publicar la novela pagándome los derechos de autor.  Un tiraje de tres mil ejemplares. Por supuesto acepté de muy buenas ganas.

 

La novela fue distribuida en todas la librerías católicas de Chile , y de repente desaparecieron de ellas.  Ocurrió que algunos personajes muy conservadores se dirigieron al Obispo de la diócesis de San Felipe y expresaron su malestar porque en un libro, aunque fuese de ficción, apareciera santa Teresa vinculada a un poeta "demoníaco" como era Huidobro.  El padre Purroy, en su infinita bondad, me fue entregando de a poco los ejemplares que habían sido requisados, los que mantuve y distribuí por mucho tiempo hasta que salió una segunda edición en el año 2000, más cuidada, pero que sin embargo también tiene algo extraño, ya que a la diseñadora de portada del libro se le olvidó colocar mi nombre como autor.

 


 

 


 

Me llama la atención que el padre Purroy haya aceptado tan bien la novela, tomando en cuenta de que ésta habla de una relación epistolar entre Vicente y Teresa. ¿Nunca pensaste que tu novela no fuera tratada como ficción sino como un hecho real?

 

Cuando publiqué la novela secretamente esperaba haber escrito un best seller.  Y aunque en el prólogo dice explícitamente que es un relato de ficción, la señora Totó Romero en la revista Paula escribió un artículo de una página sobre el libro y ahí colocó: "¿pololeo imaginario de Huidobro y Teresa?".

 

¿Qué autores son tus padres en la literatura?

 

Reconozco paternidad de todos. Me considero Huidobrista, Nerudiano y Rokhiano.

 

Para mi fue muy importante escribir la Cantata de Neruda, que es una obra musical de escasas ochenta páginas, la cual me demoré cuatro años en escribirla y en ese tiempo, en que no había tanta bibliografía fácilmente disponible, me nutrí principalmente de entrevistas.  Además la cantata es un género  que debe ser la síntesis de la síntesis de lo sintético.

 

Cada canción que la compone tiene un marco histórico determinado, por ejemplo en la época de la juventud de Neruda donde todo era tan afrancesado, la música es la de un bar francés; la del período en Birmania es una música disonante y la última canción, que es la del 23 de Septiembre del 73 cuando murió Neruda, captura todo los acordes menores de la Cantata Santa María de Iquique logrando una melodía muy emotiva. 

 

Curiosamente esta obra ha tenido más impacto en Buenos Aires que en Santiago de Chile.  En Buenos Aires ha sido presentada cuatro veces, fuimos ovacionados.  Actualmente sigue teniendo éxito, ya que aún es puesta en escena por la cantante y actriz Ana María Miranda.

 

Esta Cantata ha sido editada cuatro veces su versión impresa, pero nunca la hemos grabado.  No existe registro sonoro de ella.

 

¿Has compuesto otra obra similar?

 

Sí, en el año 99 con el grupo Tinta Verde nos ganamos un proyecto del Fondart junto con la Central Unitaria de Trabajadores con la que hicimos una obra de largo aliento que fue "La Cantata de la CUT" que trata la historia de los trabajadores chilenos.  La estrenamos el 12 de Febrero de 1999 con la celebración del aniversario de la CUT.  De esta obra se sigue colocando en los actos del 1 de Mayo el himno y la cueca de la CUT, lo cual es un verdadero honor para mí.

 

También has hecho teatro, háblanos un poco de eso.

 

En el año 2002 me metí nuevamente en las patas de los caballos y escribí la obra "Viva de De Rokha".  También desde el punto de vista emocional fue una gran aventura ya que es un monólogo.  Debí meterme en la vida de Pablo de De Rokha que es un ser gigantesco, desolado; además decidí ambientar la obra en los momentos previos a su suicidio.  La obra se editó en el 2002 y la pusimos en escena con el actor Pedro Villagra que, si tu lo ves bien, era el actor preciso para este papel por su parecido con el poeta.  Además Villagra es un huaso de Chillán y De Rokha era un huaso de Licantén, así que por todos lados era el indicado.

 

La obra la dirigió Francisco Albornoz y fue presentada en Diciembre del 2003 en el Centro Cultural de España.  Lamentablemente el día del estreno uno de los amigos que invité antes de que empezará la obra me llamó para un lado y me dijo que no iba a entrar, yo quedé algo desconcertado y a penas me despedí de él.  A los dos días se suicidó y en mi mente se confundió este hecho doloroso con el suicidio de De Rokha. Estuve mal por mucho tiempo.  Afortunadamente, editar hace poco mi última novela "El Puente y la casa del ministro" ha significado para mí un poco de oxígeno desde el punto de vista creativo y económico.

 


 

 


 

Tú has desarrollado obras en diferentes ámbitos del arte. Te sientes identificado con alguno o más bien ¿Cuál te gusta más?

 

Me gustan todas, hay  una frase que me encanta de Dalí, "Yo no soy pintor, soy la pintura".  Entonces yo no soy escritor soy la obra, no soy poeta soy el poema. Me siento bien en todos los géneros.

 

En estos últimos años no he publicado, pero he escrito mucho. Como bien sabes hace poco publiqué "El puente y la casa del ministro". 

 

Cuéntanos un poco de este último libro.

 

"El puente y la casa del ministro" es una novela que contiene tres historias, que van siendo contadas alternadamente y en párrafos breves.  El lector las va leyendo al mismo tiempo como en un sistema de zapping televisivo, ya en la página 15 se habitúa a esto.

 

Esta novela la releí varias veces y siempre me entretenía.  Tiene algo que nunca he dejado en mi literatura que es el ser testigo de una época.  Hay dos arquetipos que han sido culpables de los males que ha vivido Chile : el secretario de un ministro conservador del siglo XIX que está metido en los actos de corrupción, masacres y otros desmanes.  En la novela es un fantasma que aún habita la casa del ministro y que va contando, este personaje ficticio, la otra cara de este país.  Es un ser obsesivo, sufriente que se enamora inútilmente de la hija del ministro y  que además se entronca con un mito judío que no es tan conocido que es el "ashaverus", por el cual el alma del secretario queda condenada a vagar en pena.

 

La otra narración es una historia de amor casi al estilo de una teleserie, donde un cuarentón perteneciente a un movimiento ecologista se enamora de una chica joven, universitaria, deslumbrada por él y lo que representa.

 

El tercer y último personaje se corresponde también con arquetipos del ámbito político.  Personas como Garretón o Flores, que fueron ministros del gobierno de Salvador Allende y que después dieron toda una vuelta en sus vidas y que ahora uno es el representante de la libre empresa y el otro es aquel que tranzó con la derecha.

 

Hay otro texto que tú escribiste el año 96, que se llama "Operación Albania...sangre de corpus christi" cuéntanos un poco de esta crónica.

 

Lo que motivo a este libro fue haber conocido a los familiares de las víctimas de la Operación Albania, en el día del lanzamiento de una biografía de Ignacio Valenzuela. Entonces me pareció que no era justo que existiendo más asesinados sólo uno de ellos fuera recordado en un libro.  Así que me puse en contacto con el resto de las familias y escribí estas crónicas, fue un trabajo colectivo en que me nutrieron con recortes de prensa y me transformé en un escritor a sueldo de ellos, pues incluso me daban una remuneración modesta que me permitía poder seguir escribiendo sobre esta historia tan dolorosa.

 

El libro tuvo harta repercusión en el ámbito de los Derechos Humanos, fue presentado en el antiguo Congreso Nacional por el diputado Andrés Aylwin.  Un año después sucedió algo muy importante pues los familiares me llevaron donde el juez Dolmech que llevaba la causa de este crimen, el que me reconoció después que mi libro le había servido mucho en su trabajo.

 

Quisiéramos pedirte un último favor, queremos que leas un par de tus poemas para los lectores de Lakúma-Pusáki.

 

Este poema que voy a leer está dedicado a un poeta brasileño que fue compañero de Universidad cuando estudiaba en el Pedagógico.  Se llamaba Nilton Da Silva Rosa, fue muerto el 15 de junio de 1973, antes del golpe militar, en un enfrentamiento con gente de "Patria y Libertad" durante una marcha en contra del Presidente Allende.  Nilton era del MIR y siempre estuvo en la quemada, soñaba morir como un héroe y lo logró.  Su funeral fue muy masivo, incluso tomó la palabra en esa ocasión para despedirlo Miguel Enríquez.  Como después vino el golpe, nadie se preocupó por su tumba y cuando años después se fue a preguntar por él no aparecía en los archivos del Cementerio General.

 

El año pasado, a raíz de un libro sobre Derechos Humanos en donde se le incluyó, sentí la necesidad de ir al cementerio y buscarlo.  Efectivamente no aparecía, pero entonces recordé que los brasileños escriben primero el apellido materno y era así como figuraba.  Después de más de treinta años encontramos su tumba intacta, tal como estaba ese junio del 73.  Fue muy emocionante y volví a darme cuenta de que la realidad es más poética que la imaginación.

 

(Óscar Aguilera falleció el 25 de mayo de 2020 en Santiago de Chile, en una ciudad sitiada por la pandemia).

 


 

V I I I

 


 

Primer día:

voy como un muchacho

adormecido

de tantas sensaciones.

 

                                              TREPA EL VIENTO

                                      LA VENTANA DE LA SALA.

 

                                               UNA PAUSA DE LA

                                                            /PROFESORA

                                               SE HACE ESPEJO/

 

                                               POEMA ESCRITO A

                                                            /MIMEÓGRAFO

                                               VEINTE AÑOS ATRÁS

 

(me doy cuenta que estoy

en la habitación

de Nilton Da Silva Rosa,

poeta.

 

Nilton Da Silva Rosa,

loco empedernido

clavado por agujas

y por balas

el 15 de Junio del 73)

 

Y mientras la maestra va hablando de García Lorca

yo sé que hay un común lugar de Federico y Nilton:

                  los poetas sin tumba

                       los poetas sin tregua

                  los incesantes habladores.

 

Comprendo que alguna vez Nilton Da Silva Rosa

me devolverá mi "Canto General" de Neruda

y que yo le entregaré su "Literatura" de Gorki

y que todos seremos poemas impresos

en papel reciclado

 

y que el viento

que mueve y penetra

la ventana

es la propia vida,

 

                      ansiosa también de entrar a clases

 

 

De la libreta de poesía "Los fantasmas del Pedagógico", 1994.

 

 


 

RELATO

 

 


 

Cuando se escribe

el primer verso se llega

hasta el final

 

Para decir la vida

de Neruda

retiro los libros

de la lluvia,

pongo capa y sombrero

a lo joven del siglo;

 

paseo por Asia y el Oriente

cual si anduviera

por mi propia calle:

 

conozco Buenos Aires

y regreso a mi España,

a mi Guerra Civil,

a mi Guerra Mundial,

a este poema absurdo

del planeta.

 

Recorro el Norte Grande

y junto con las piedras,

y junto a las estrellas,

y junto a los mineros

elijo Senador al poeta

y sus manos...

 

Después sigo

la ruta de todos los destierros,

viajo por todo

el mundo

en nostalgias de cueca

y retorno a la patria,

al mar de todo Chile.

 

Para decir Neruda

repito: poesía

repito embajador,

repito Premio Nobel

y lluvia

siempre lluvia,

o mar.  Levanto el puño;

continúo escribiendo

y dejo a

las canciones

explicar mis silencios

 

 

Del libro "Las vidas del Poeta.  Cantata por la vida de Neruda", 1992.