P e p i t a   T u r i n a

U N   N O M B R E   S I N   D E S T I N O


p o r   R o d r i g o   D í a z

   

 

 

Rodrigo Díaz, escritor chileno y miembro del equipo multidisciplinario de Leucade.


 

 

 

"Me hubiera gustado tener un nombre intenso, que tuviera tono ante los demás, que no sea un maquillaje sino una revelación.  Me hubiera gustado un nombre eslavo para mostrar mi ancestro.  Mi nombre Pepita es como si me llamara Blanca y fuera negra, como si me llamara  Linda y fuera fea.  Nomen est omen (el nombre es destino).  Yo no elegí el nombre de mi destino".

 

Si las cosas son como reza la expresión latina que Pepita Turina refiere a Juan Antonio Massone en el libro Pepita Turina o la Vida que nos Duele, desde luego su derrotero no fue precisamente integrar el panteón que consagra a los escritores chilenos del siglo XX, muchos de los cuales se buscaron otros apelativos que correspondieran de mejor manera a aquello a lo que quizás aspiraron.  Todo en ella parece ocupar un lugar diminuto, desde el relego que sintiera desde niña como la última de doce hermanos, pasando por sus obras ignoradas, hasta el lugar que ocupara con sus Multidiálogos como moderadora de una larga conversación sin hilo conductor en torno a temas trascendentales, con escritores como Thomas Mann, Alejo Carpentier o Jorge Luis Borges, por nombrar algunos.

 

Poseedora, sin embargo, de un lenguaje intenso, su carácter aflora desde la palabra en opuesta dirección al destino signado por su nombre: "Estoy en la injusticia natural del universo o del planeta en que vivo.  Así como un vegetal es gigantesco y otra pequeña hierba, así como entre los animales uno es león y otro hormiga, así como hay organismos invisibles que ni siquiera se alcanzan a ver con el microscopio, estoy en la injusticia natural de ser lo que soy".  Todas las experiencias golpean en Pepita, siente el mundo con tal intensidad que no cabe dentro de ella; traza en detalle el dolor, la frustración, el pasado "vasto y complejo, transido de olvidos o desconsuelos".  Describe también las secuelas de una operación que le impidió para siempre reír, lo que, en sus propias palabras, realizó "externamente su verdad más íntima".  Pepita nunca fue alegre y la risa le resultó siempre un esfuerzo.  Jugarreta del destino o no, lo cierto es que en ella el carácter parece pesar más que en el sino al que la confina el diminutivo con el que se le conociera.

 

En su ensayo Carácter y Destino, Rafael Sánchez Ferlosio opone ambos términos para atribuir al último la ficción del argumento, es decir, la creación de un campo de sentido, de dirección o de destino con minúscula, como un pretexto para la manifestación del carácter, el que, empero, puede prescindir de aquél y seguir siendo perfectamente comprensible.  se es un personaje de carácter, donde dominaría la expresividad pura, o se es un personaje de destino, donde ocultos designios se entraman en una dirección ya definida.  A fuerza de carácter, una mañana de marzo de 1986, Pepita Turina encontró un destino que no calzaba con el que insinuaba su nombre.

 

Artículo aparecido en Leucade, gaceta estética, n° 48.

 

 

 

 

EXTRACTO DE  MULTIDIÁLOGO SOBRE EL MATRIMONIO, LA FAMILIA Y SUS PRISMAS  DE PEPITA TURINA.

 

PTurina.- Hoy, como en otros tiempos, los matrimonios durables son un hecho.  Se dan hasta en los artistas, a quienes siempre se ha considerado quebrantadores de las normas establecidas, y de cláusulas y comportamientos poco ceñidos a la moral.  No ha sido por las leyes rígidas del matrimonio, ni por miedo al “que dirán”.  Ninguna exigencia de ese tipo los ha inducido a mantenerse enlazados.  Unidos en el arte y en la vida, con permanencia, entran en esa categoría los actores de teatro Américo Vargas con Pury Durante y Lucho Córdova con Olvido Leguía.  Lucho Córdova, entrevistado un día en la televisión, dijo que le gustaría que murieran juntos, el mismo día.  Su deseo no se cumplió.  Ella le sobrevivió.  Fuera de que en Chile hay muchas parejas de “toda la vida” entre escritores en que ambos lo son, abundan otras en que la mujer o el marido no lo son, y que han mantenido y mantienen una firme unión matrimonial.  Pintores y escultores igualmente.  Músicos también.  ¿Dar nombres?  uno de los más destacados matrimonios de escritores fue el de Pablo de Rokha con Winett de Rokha.  Él, vociferante poeta, transmisor de palabras fuertes y duras para todo lo que no fuera su mujer y su familia, le dedicó a ella no sólo su adhesión permanente de marido y de padre, sino las palabras más abundantes y de mayor relevancia de la literatura chilena.  Publicó inspirado en ella, prosa y poesía, describiéndola, destacándola, adorándola.  Formó con ella una familia narcisista.  En el libro “Morfología del Espanto”, en “Lengua y Sollozo” explica a sus hijos.

 

PabloDeRokha.-  Carlos, el gran poeta niño, entre todos los Demonios del cielo y el mundo; Lukó, en la cual estalla, como un siglo, la granada azul de la pintura; Juana Inés, que encontró la cadena de jacintos divinos, que une pañales y guitarras en una y sola luz de melodía; José, el cual araña las entrañas de Dios con la caricatura; Pablo, que habrá de forjar estupendos edificios libertarios para que habiten los futuros hombres rojos; Laura, aterrándose a la orilla de un nido de perdiz edificado en la poesía; Flor, expresión del sol y el mar en un capullo…

 

PTuina.-  Entre los poemas “Canto del macho anciano”, “Epitalamio”, “Obsesión del Matrimonio Provinciano”, le dice a su mujer.

 

PabloDeRokha.-  El amor nos agarró y nos estrujó como a limones desesperados, yo ando lamiendo su ternura.  Yo conozco, siento que tus raíces cándidas horadaron mi estupor.  Ejemplo de mujer casada, niña de octubre y mariposa, mi corazón se está incendiando a tus pies.  Soy tuyo entero, encadéname con sollozos y alimenta con besos al animal feroz que elegiste por amo.  Gimiéndote, besándote, lamiéndote, llorándote, únicamente por ti y en ti relampagueando con relámpagos de montaña, anhelando, con beso eterno, esculpirte.

 

PTurina.-  Winétt murió y Pablo de Rokha, unos años después, se suicidó, tal vez no solamente por su viudez, sino que sin Winétt, el insoportable mundo le arañó más.  Como viudo inconsolable escribió “Apoteosis”, excelsa prosa que reflejó su dolor.

 

PabloDeRokha.-  Eternamente atado, encadenado a ti, como un perro a una montaña, aúllo a tu memoria, ensangrentando la noche tremenda, Winétt.  Partido en dos, camino estupefacto, gritando, acorralado, revolcándome en el hachazo colosal, con la gran patada en el alma, y ya comprendo únicamente aquello que se refiere a tu recuerdo.  Todos están muertos contigo, y yo soy el fantasma del león que persigue en las tinieblas a la amapola degollada por la fatalidad.  Perdió el sentido la tierra sangrienta y revienta de dolor la sociedad detrás de tu ataúd.  Cargado de desesperación, como un animal de mendigo, araño la eternidad, desgarro la eternidad, escarbo la eternidad, desenganchándome las entrañas, violento, embrutecido, gritando-besando tu nombre inmortal, y me trago la lengua cortada, ahíto de furor inútil, yo que arrastro el espanto desesperado de haber querido y no haber podido siquiera matarme para salvarte, porque hasta el suicidio era inútil.  Aquí duerme y crece para siempre la más hermosa flor de los jardines del mundo: WINÉTT DE ROKHA.

 

PTurina.-  Habría que insertar, no resumidas, las treinta y seis páginas (formato grande) que componen esta prosa gimiente, para comprender mejor la desesperación de un marido, que tras décadas de matrimonio, rezuma inconsolabilidad, dolor, ternura, recuerdo, belleza, amor, idolatría, adoración, y que en ella asegura: “la seguiré llamando hasta después de muerto”.  APOTEOSIS es el monumento funerario de un hombre pobre de dinero, incapaz de erigir una costosa arquitectura para su mujer muerta, pero que redactó esas palabras cumbres, en memoria de la bienamada.

 

AnaisNin.-  El amor nunca perece de muerte natural.  Muere porque no sabemos volver a colmar su fuente; muere de ceguera, errores y traiciones.  Muere de enfermedad y de heridas: muere de cansancio, de marchitamientos y empeñamientos.