D I E G O   D U B L É   U R R U T I A   ( 1 8 7 7  -  1 9 6 7 )

P o e t a   d e  C h i l e ,   d e l   m a r   a   l a   m o n t a ñ a


p o r   E u g e n i o   B a s t í a s   C a n t u a r i a s

   

 

 

 

Eugenio Bastías Cantuarias es Diplomado en Gestión Cultural, músico, escritor y miembro de la Sección Folclore dependiente de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía.

 


 

 

 

Se le ha llamado nuestro primer poeta clásico. Otra opinión, la del empingorotado crítico literario Alone, lo posiciona como el fundador del criollismo en la poesía chilena en verso, esto último dicho en la forma precisa, como siempre se refiere al género, el gran Armando Uribe Arce. Quizás si en algún otro momento nos podremos referir al mentado criollismo, que no ha dejado de quedar expuesto en sus vaivenes, como todas las escuelas o tendencias artísticas, a una íntima relación con la política en el sentido de transformarse en un campo de disputa por el poder simbólico en nuestra cultura, siguiendo en este planteamiento a un gran teórico del arte latinoamericano como es Ticio Escobar.

 

Dublé, ya en su más tierna infancia, sufrió la pérdida de su padre, el ingeniero y teniente coronel Baldomero Dublé Almeida, que abandonó el escenario de este mundo en el campo de batalla de Chorrillos, durante la llamada Guerra del Salitre o del Pacífico. Así comenzó el andar de nuestro poeta por los recovecos de su existencia sensible, aquilatando la naturaleza que conformaba el entorno de su Angol natal; miró con fruición y calma al hombre y la mujer del campo, del mar y de la montaña, he allí su relación con sus temáticas creativas que se enmarcan entre estos dos hitos que pesan tanto en nuestra geografía.

 

Dado que en nuestra columna hemos intentado referirnos permanentemente a poetas que han dejado una huella, una primera marca en la senda de nuestra literatura, que otros han seguido y luego expandido en sus límites, debemos establecer que Dublé es el primero que nombra los componentes del paisaje natural de Chile por sus nombres. Y ya que citamos al criollismo, convocaremos al criollista de criollistas Mariano Latorre para sopesar el aporte de Diego Dublé: "…fue el primero de todos. Lo recuerdo bien. De él provienen profundas orientaciones de nuestra literatura: el costumbrismo, y, por qué no, el criollismo: Baldomero Lillo, Federico Gana, Fernando Santiván, yo mismo. Dublé dio realidad y objetividad al campo, habló del indio, de los trabajadores, describió ambientes, la tierra del sur, los ríos. Diferenció los árboles de la selva: robles, coihues, avellanos, canelos. Escribió: tenca, diuca, loica. Por entonces en poesía como en novela se decía: árbol, ave, simplemente". (Los remarcados son nuestros). Sólo diremos, en cuanto a los niveles de compromiso social del criollismo, que los hay de diversos calibres entre un Baldomero Lillo, que construyó su obra sobre la base de la denuncia de las ínfimas condiciones de vida del minero o del campesino, o un Santiván o el propio Latorre. Todo ello, suponiendo que a Lillo se le pueda adscribir, en alguna medida al menos, a dicha tendencia artística tan potente en nuestras letras del siglo que pasó.

 

Diego Dublé ya publicaba sus primeros versos en 1898, bajo el rótulo de Veinte años, donde compiló su producción entre los años 1895 y 1898, con los títulos de "Pensamientos de la tarde", "Reminiscencias" y "Melancolía", frases que nos inclinan a vincularlo sin dificultad a motivos romanticistas y procedimientos modernistas que, no obstante, muy pronto dan paso a representaciones más sencillas y más ancladas en la vivencia del entorno rural y marítimo que experimentó en su mocedad. A esta publicación le siguen Del mar a la montaña, de 1903, editado tanto en Chile como en Francia (1905), desde donde es consagrado por el propio Rubén Darío como el poeta que le faltaba a Chile.

 

 

 

Luego de esta publicación, y como sucede a todo artista de cualquier época en Chile que vive en el arte, pero está obligado a vivir no del arte, sino que de otro oficio, Dublé obtiene un puesto en el Servicio Diplomático chileno gracias a la intermediación de la esposa del Presidente Riesco (toda una institución de todos los tiempos en Chile, la de la cuña o pituto), abandonando de paso su carrera de Derecho. Aquí se abre el gran paréntesis de silencio del poeta que debe ejercer la diplomacia, oasis generoso que dará cobijo a otros grandes como Gabriela Mistral y Neruda. Así, se domicilia en países tan disímiles como Italia, Suiza, Francia, Austria, Brasil o Ecuador, codeándose en actividades sociales con presidentes, reyes, príncipes y otros, lo cual lo hace autoproclamarse un afortunado de la diplomacia.

 

 

Casado con la hermana de un gigante de la poesía chilena e iberoamericana, Vicente Huidobro, no parece haber tenido mayores relaciones artísticas con él. El hambre de lo nuevo y la postura estética eminentemente ajena a lo descriptivo y realista de la poesía imperante en la época del autor de Altazor, tal vez cerró las posibilidades de encuentro. Además, Dublé publicó casi toda su producción antes de los 25 años de edad, para dedicarse a sus obligaciones diplomáticas, en medio de las cuales tuvo una conversión profunda hacia la fe católica, hecho en el que debe citarse su encendido discurso a favor de la religión, tendido de rodillas en las aulas de la Universidad Católica. No dejó de visitar tampoco el género de la genealogía, publicando un estudio sobre su apellido paterno, así también como escribió un cuento ambientado en la mencionada Guerra del Salitre o del Pacífico, que le quitó a su padre y le dejó en cambio sólo un sable de caballería, experiencia vital que cita en alguno de sus versos: "Tampoco yo me acuerdo de aquellos ya distantes/días, en que a la sombra de sangrientas y ondeantes/banderas tricolores, a las peruanas zonas/se fue a segar, mi padre, las trágicas coronas/que hoy velan en su tumba".

Diego Dublé Urrutia en 1904, época de su poemario "Del Mar a la Montaña"

 

 

 

Y ya que nos hemos lanzado por el tobogán de la perfumada obra de Dublé Urrutia, con aromas a canelo y murtilla, veamos algo de lo que nos dejó. Debemos citar en primer lugar, entre sus aportes, el hecho de que haya puesto en poesía el retrato de muchas expresiones vernáculas chilenas, tales como oficios de diverso cuño: pescadores, campesinos, mineros, y ocasionalidades del mundo popular, como la procesión de San Pedro. En ellos funge como precursor de grandes escritores de otros géneros, como la novela y el cuento, entre los cuales, el ya mencionado Baldomero Lillo, al pintar las condiciones existenciales del hombre de las minas de carbón y brindando materiales de trabajo, como hemos dicho, al criollismo al referirse a expresiones de la religiosidad popular, como en la siguiente composición:

 

L a   p r o c e s i ó n   d e   S a n   P e d r o  

y   b e n d i c i ó n   d e l   m a r   e n   T a l c a h u a n o

 

( f r a g m e n t o )

 

E N   L A S   C A L L E S

 

¡Junio! Mes de las aguas, mes de las brisas

Mes en que hacen los pavos su testamento

Y en que las rubias ostras -monjas clarisas-

Rompen la celda nácar de su convento;

Mes que envuelve en corrientes y camanchacas

Las solitarias islas del mar amargo,

Y en que si el pasto verde sobra a las vacas

También está la muerte de mantel largo.

 

Hoy es tu último día: lo dice el tono

De las campanas ebrias y el grito humano

Con que sale a la pesca con su Patrono

Todo lo que hay de lobos en Talcahuano.

 

………….

 

Trajes negros, azules, blancos y rojos

Bordan las serranías que el golfo lame

Y no hay techos, ni grúas ni cabos flojos

Donde la gente de aguas no se encarame.

Y la campana suena que ya es locura,

Y estallan voladores, que viene el viejo

Y de pronto la gente ve al señor Cura

Que sale abriendo cancha por un callejo.

Crece la grita entonces, se oyen los sones

De la charanga, ondea la masa humana

Y es un mover pañuelos en los balcones

Que parece un incendio cada ventana.

 

 

 

Diego Dublé Urrutia en 1884

Pintor de oficio, gracias al cual logró montar una exposición en Santiago, Dublé se relacionó con el gran maestro Juan Francisco González, del cual aprendió "a ver el paisaje y sus colores". Lo que se verifica en el siguiente poema, que fue llevado a la tela por el mismo maestro González:

 

N a r c i s a   ( f r a g m e n t o )

 

Sobre el mar y en un cerro cuyas cuestas

Repechaba, en silencio, el pueblo mío,

Como trepa la viña en las enhiestas

Colinas riberanas del Bíobío;

Sin sueños de ambición y sin amores,

En su clara casita de madera,

Sola con su telar y con sus flores,

Habitaba Narcisa, la encajera.

 

……………………..

 

Era Narcisa tan afable y buena

Que la llegamos a adorar los niños

Como a una aya común: de tez morena,

Casi joven, vestida sin aliños,

Más constantes amigos no tenía

Que se acercaran a golpear su puerta,

Que nuestra bulliciosa compañía

Y el alma, en pena, de su madre muerta.

 

 

 

Como habíamos dicho, la falta del padre es motivo para que su presencia pase al reino de su poesía.

 

Mi laúd

 

La caja de mi laúd

La fabriqué en una tarde,

Con astillas arrancadas

Del ataúd de mi padre.

 

Las cuerdas de mi laúd,

Como lo dicen sus sones,

Son fibras deshilachadas

Del corazón de los hombres.

 

Las notas de mi laúd

Me las escribe una bruja,

A quien he dado un tintero

Y un aposento en la nuca.

 

En fin, yo soy un cantor

De esas penas y nostalgias

Que se cultivan hoy día

Como las flores del alma.

 

Y un paso más que nuestro autor le permitió dar a la poesía nacional, que abrió la puerta a otros tan disímiles y distantes de él, como Pablo de Rokha, gran gozador de aromas, colores, sabores y cantor de dolores vitales, a través de poemas como:

 

 

 

A   M a n u e l   B a r r o s   B o r g o ñ o

( f r a g m e n t o )

 

¡Pobre Patria!...¡Como nieve

Silenciosa y prematura

Que amortaja un monumento,

Y le turba y le conmueve

Y le rasga y le tritura

Desde el ápice al cimiento;

 

Tal la pena, el ansia loca

La flaqueza y el cinismo

Va cubriendo sus murallas,

Levantadas roca a roca,

Desde el fondo del abismo

Y al fragor de cien batallas!

…………

 

Este horror por todo aquello

Que es indolencia; esta guerra

Contra el mal, la audacia erguida

Y el egoísmo: ¡vil sello

Que hoy marca esta pobre tierra

De mercaderes guarida.

Diego Dublé Urrutia en 1920

 

 

 

La última estrofa citada, ¿cuánto no sería plenamente aplicable ella a nuestros tiempos actuales, aunque haya sido escrita más de cien años ha?

 

Y un alto casi al final de su camino, como breve tributo a la compañera de su vida:

 

Alero

 

¿A quien, Mercedes, sino a ti, lucero

De este mi dulce atardecer, pudiera

Pedir, para mi añosa primavera

De lágrima y canción, benigno alero?

 

¡Si todo es tuyo en mi ensoñar primero

Y en mi queja viril, si estás entera

En las tribulaciones de mi espera,

Y en mis ansias de nauta y de romero!

 

Tú, la paz…tú, la luz…tú, la fontana,

Tú, la celeste Atlántida, y la humana,

Tú, el encantado lago de Paulina*.

 

¡Gracias, mujer!...Desde su nicho escaso,

Mi madre, toda amor, te cede el paso.

¡Caminemos!...La noche se avecina.

 

Como corolario de todo su quehacer, a la vez que como una muestra del comportamiento de nuestro país respecto de sus artistas, que no sorprende, Dublé Urrutia recibe el Premio Nacional de Literatura en 1958, a más de cincuenta años de haber publicado el grueso de su obra.

 

*Paulina se llamaba la empleada de su casa que le contaba historias fantásticas y leyendas populares, entre ellas, una ambientada en el fondo de un lago encantado.

 

 

 

Diego Dublé Urrutia en Buenos Aires en 1913

 

   
   

Diego Dublé Urrutia en 1925.  A la izquierda, al fondo, un joven Neruda

 

 
 

Diego Dublé Urrutia en Llo-Lleo, 1961

   

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

Obras del autor

 

Dublé Urrutia, Diego. Veinte años. Santiago: Imprenta y Litogr. Chile, 1898. 147 p.

 

_________. Del mar a la montaña. Santiago: Impr. Barcelona, 1903?. 136 p.

 

_________. Memoria genealógica de la familia Dublé. Santiago: Nascimento, 1942. 294 p.

 

_________. Del mar a la montaña. Santiago: Impr. Barcelona, 195-?. 136 p.

 

_________. Fontana cándida. Santiago: Nascimento, 1953. 341 p.

 

_________. Del mar a la montaña. París: Garnier Hermanos, Libreros Editores, 1962?. 229 p.

 

_________. Del mar a la montaña. 1ª edición. Santiago: Universitaria, 1998. 309 p.

 

Sobre el autor

 

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Blanco, Guillermo y Asenjo, Patricio (selección de). Cuentos de guerra chilenos. 1ª edición. Santiago: Nuevo Extremo, 1958. 122 p.

 

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Correa, Carlos René. "Diego Dublé Urrutia, poeta de verdad, al margen de la propaganda estridente", En Viaje, (133), noviembre, 1944

 

________. "Diego Dublé Urrutia", Litoral, (1), noviembre, 1966

 

"Diego Dublé Urrutia en sus 90 años", En Viaje, (405), julio, 1967

 

"Diego Dublé Urrutia", Litoral, (4), noviembre- diciembre, 1967

 

Droguett Alfaro, Luis. "Diego Dublé Urrutia o la perdurabilidad de la poesía", Litoral, (3), agosto – septiembre, 1967

 

_________. "El poeta Diego Dublé Urrutia", Litoral, (3), agosto-septiembre, 1967

 

Gandarillas Díaz, Manuel. "En la calle de la Ceniza vive su apacible atardecer el poeta Diego Dublé Urrutia", En Viaje, (279), enero, 1957

 

López G., José Pablo. "Diego Duble Urrutia: vida y poesía", Calicanto, (11-12), agosto-septiembre, 1958

 

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Crítica Literaria

 

Arenas, Braulio. "Un glorioso centenario: Diego Dublé Urrutia", El Cronista, 3 de julio, 1977

 

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"Diego Dublé Urrutia: el que llamó a los árboles por su nombre", El Mercurio, Santiago, 25 de junio, 1981

 

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Ruiz Zaldívar, Carlos. "Sobre Diego Dublé Urrutia, un poeta de la raza y de su tierra", El Mercurio, Valparaíso, 23 de noviembre, 1990

 

Solar, Claudio. "Una fontana cándida", El Diario Austral, 18 de marzo, 1990

 

Valentino, Juan. "Para mí, nada pido...", El Sur, 16 de diciembre, 1997

 

Volpe Mossotti, Enrique. "Diego Dublé Urrutia, poeta y diplomático", El Mercurio, Santiago, 25 de enero, 1998

 

Von dem Bussche, Gastón. "Nuestro primer clásico poético", El Mercurio, Santiago, 17 de abril, 1999