OBRA VISUAL DE JUAN LUIS MARTÍNEZ.

                                   CONVERSACIÓN CON ERNESTO GALLARDO.

POR SANDRA MALDONADO Y MIGUEL MORENO D.

 

Profesor, historiador e investigador de corrientes de arte contemporáneo, como el surrealismo,  nacido en Chile. Es colaborador del grupo surrealista Derrame. Realizó sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México y recientemente publicó un significativo aporte a la investigación de la plástica chilena y mundial: Roberto Matta. Mito. Una mirada a su vida, obra y al circuito de ella.

 

L.P : En qué circunstancias históricas la obra visual de Juan Luis Martínez se señala como  surrealista.

 

E.G :  Yo estuve presente cuando el Señor Alberto Madrid Letelier de la Universidad de Playa Ancha,  crítico de Arte que trabaja en El Mercurio, en  una conferencia previa del mismo tema en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, inserta a pie forzado la figura del poeta viñamarino, en el ciclo de los surrealistas, con motivo de la muestra de los representantes belgas Rene Magritte y Paul Nougé, traída al Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile.

 

Ya en dicha conferencia yo dudé de la integración de Juan Luis, en ese movimiento, siempre se le podría ubicar como un epígono referente del fenecido movimiento de 1920, el Dadaísmo o del Neo Dadá.

 

Sin embargo, en ciertos círculos locales, la hermandad viñamarina desea incluir, considerar a Juan Luis, como un integrante más del surrealismo.

 

Esto se dio hace 7 u 8 años atrás, un poco antes que saliera el libro “El Gran Solipsismo” de José de Nordenflycht Concha a cerca de la obra  Visual de Juan Luis Martínez.  Algunas consideraciones acerca de esto:  todo tiene que ver con la coloración política de los participantes y la necesidad de que Valparaíso fuera nombrado Patrimonio de la Humanidad, es decir, se buscó a escritores, pintores y diversos artistas para apoyar esta moción.

 

Por entonces, Gaspar Galaz, Pastor Mellado, Nordenflycht, y Madrid comenzaron con la viuda de Martínez a investigar y  recopilar tanto la obra poética como las piezas plásticas del artista.  Posteriormente, Nordenflycht Concha con la ayuda de una serie de entrevistas realizadas por Hugo Rivera y que le fueron facilitadas por éste, realiza el libro (muy deficiente por lo demás) "El Gran Solipsismo".

 

Personalmente pienso que debería haber escrito este libro Hugo Rivera y no Nordenflycht,.  "El Gran Solipsismo"  tiene un lenguaje tan críptico y una fotografía tan mala que no logra el objetivo;  al contrario, presenta una inconsecuencia entre lo que plantea Juan Luis Martínez y lo que descubren los historiadores.

 

 

L.P :  ¿Por qué la obra visual de Juan Luis Martínez, según tú,  no es surrealista? (Nosotros tampoco lo creemos).

 

E. G :  Yo planteo que el surrealismo tiene algunas características y  para llegar a decidir quienes están dentro del movimiento estas deben ser cumplidas.  Yo hablo de cinco generaciones surrealistas, la primera liderada por André Bretón.  En la tercera participa Matta.  En Chile creo que habría una  quinta generación.   Cuando hablo de generaciones hay que fijar lo siguiente: Una generación se marca  cada diez o veinte años, ojalá cada diez; debe tener un líder que lo guié y debe estar inscrita  en un espacio de tiempo o en un hecho histórico ;(la 1º o 2ª Guerra Mundial, por ejemplo), debe tener una iconografía común, una técnica común, o una metodología común para  la expresión del arte. 

 

Hay que recordar que el Surrealismo es un movimiento literario  y posteriormente se vincula como el mal menor  que es la plástica.  En Chile normalmente cuando se habla de Surrealismo se piensa en la pintura de Dalí o de  Miró, en circunstancias que Dalí ya había sido expulsado del movimiento surrealista  y Miró, en el fondo,  se queda con una expresión del impresionismo. Yo fijo a Roberto Matta como un importante pintor surrealista porque tiene como característica el hacer su obra a partir del automatismo psíquico, sin embargo la obra de Juan Luis Martínez,  aún cuando es obra literaria, no lo ocupa: cuando Martínez crea, recogiendo  objetos al borde del mar y después disponiéndolos como una obra plástica no tiene la carga erótica ni  la impronta propia del surrealismo, o su lei motiv que es "matar  a los burgueses" o "molestar a la burguesía", eso no lo tiene.

 

La obra de Juan Luis Martínez a mí personalmente me parece que no estaría inscrita dentro de las bases de un surrealismo ni libre ni ortodoxo.

 

L.P :  Tú clasificas la Obra Visual de Juan Luis Martínez en el Dada o Neo Dada ¿cuáles son las características del neo Dada? ¿Qué te lleva a clasificarlo en esto?.

 

 

E.G :  Yo postulo que podría ser un Neo Dada.  No puede ser Dada porque el Dada se da en un Momento histórico, con un líder generacional que  es Tristan Tzara, con artistas contemporáneos a él y con un término en el tiempo muy claro.

 

Las características del Neo Dada  están presentes en el caso de Martínez  en la cual  hay una nueva relectura de los objetos encontrados, de los collages, del formato pequeño, de la  austeridad en el formato que le da una cosa íntima.  El intimismo  y los objetos pequeños : mínimos elementos en un pequeño formato, son elementos que no tiene vinculación unos con otros, estas son las características del Neo Dada.

 

L.P :  Sin embargo,  nosotros vemos los objetos de la obra de Juan Luis Martínez muy vinculados entre si, unidos después de un proceso reflexivo, fuera del azar.  No crees que "Neo Dada " sea una mala clasificación para la obra de Juan Luis Martínez, que tú mismo dijiste alguna vez que puede llegar a ser inclasificable.

 

E.G :  En este momento, creo que sería mejor hablar de una obra independiente  y personal. 

 

Tendría mayor veracidad y un juicio axiológico positivo si dijera que es una obra cercana al Neo Dada y algunos atisbos de surrealismo, esto me parece más adecuado, más honesto.  Esto en cuanto a la obra visual de Martínez ya que acerca de la obra poética no opinaré. Su obra visual me parece mucho más rica si no se clasifica, porque si tú la clasificas de surrealista, inmediatamente hay detractores, sin embargo, sin ser peyorativo  creo que el Neo Dada es un apellido que no le estorba.  Sí le da mayor mérito decir que es una obra única que se acerca en ciertos momentos al Neo Dada y  en algunos aspectos al Surrealismo.

 

 

L.P :  En la Exposición “Chile 100 años, Artes visuales 1973-2000, transferencia y densidad", que se hizo en el Museo de Bellas Artes, Pastor Mellado incluyó la Obra de Juan Luis Martínez bajo el rótulo “Histórias de Anticipación”.   ¿Qué te parece ese concepto?.

 

E.G :  En general las tres partes en que se dividió esa exposición  tenían grandes problemas de inicios.  La primera parte fue montada muy rápido y tenía lapsos, errores y muchas apreciaciones no corregidas, lo conversé en ese momento con Ricardo Bindis, experto en el período, me hizo ver que habían varios errores que no podían solucionarse porque la persona que hizo el texto estaba en Europa.  

 

En la segunda parte, en la que estuve bastante más cercano, Gaspar Galaz introdujo a Matta en un período que no correspondía,  incluso puso obras que todavía no estaban certificadas de una colección privada.  

 

En el tercer período evidentemente hubo en un principio grandes invitados para esta selección y algunos de ellos renunciaron, entre los cuales estaba Gonzalo Díaz, quien fue remplazado por el profesor Francisco Brugnoli Bailoni,  quien rápidamente en 48 horas tuvo que crear una obra, reciclando algunas cosas, que es lo mismo que hizo posteriormente en la exposición de la galería Gabriela Mistral donde recicló obras echas y con ellas tapio las salas y puso unos videos haciendo una referencia  histórica a algunos pintores que  ya habían hecho esto mismo.  

 

Hubo gran revuelo, porque mucha de la gente invitada no aceptó.  Había un movimiento en contra  del curador y de hecho la tercera parte  fue más críptica que todos los catálogos que se han hecho y fue el gran desfase, pero evidentemente, a río revuelto ganancias de pescadores, el que más ganó fue él,  porque se transformó en un curador conflictivo, que iba en contra de las cosas establecidas  y  la prueba la tenemos entre su trabajo y el trabajo de Alberto Madrid, que es su hijo putativo, siendo en ese momento grandes amigos, la última muestra es la que organizó  en La Bienal donde incluyó como parte de la obra unos pordioseros en una media agua, en una especie de casucha donde los protagonistas  o  la supuesta obra superó al autor, al curador, y al director.  Los medios transformaron esto en una cosa  Light, liviana y la crítica política y social acerca de la gente sin casa no se entendió, entonces esta cosa críptica mutó a otra que se escapó de las manos.  

 

 

Llevamos más de 30 años haciendo obras que aparentemente no son clasificables, yo recuerdo las Medias de Echeverría por ejemplo,  que eran medias llenas con aserrín, que también eran inclasificables, o las mangueras rellenas que salían del Museo, una serie de cosas que  quedan sólo en registro fotográfico o en videos, como algunos trabajos de Altamirano. 

 

Entonces una serie de artistas --eventistas los llamaría yo, porque son eventos--,  como por ejemplo algunos jappening de Carlos Lepe;  como la silla de Humberto Nilo, que son hitos importantes que van marcando la descontextualización del Arte, la negación al formato largo y ancho del cuadro, "ya no la pintura", "la muerte de la pintura".  ¡Llevamos casi 60 años con este cadáver que algunos tratan de resucitar con electrochocks!.  Otros lo dejan filmado como Gonzalo Díaz que escribe algunos poemas con pasto en el MAC y lo apoya sobre unas tortugas, de lo cual quedan registros fotográficos y en video y que no forman parte de una obra, tal vez son acciones de arte o de conceptos, tiene que ver mucho con la extrema libertad que se propone para no hacer obras como piezas de museo, que en vez de acercar al público lo aleja.   

 

Ya no hay una Escuela de Bellas Artes donde tú tienes una metodología.  Además  estos personajes que aparecen en el Bellas Artes y en las escuelas de Arquitectura, aparecen también en la comisión del Bicentenario.  Realmente levantas una piedra y siempre están presentes ellos  o sus parientes.  Hay un encadenamiento de conocidos con poderes nepóticos impresionante, entonces los Museos no cumplen su función de  mostrar obras contemporáneas, las galerías de Arte tampoco lo cumplen, o sea el Museo de Bellas Artes trata de hacer una acción similar o emular o tratar de asumir la tarea que no cumplen los otros, pero tampoco lo hace.

 

L. P :  ¿Cuál es tu juicio valorativo de la obra de Juan Luis Martínez?

 

E. G :  Es una obra de cierto valor, pero en ningún caso un valor supremo.  La espiritualidad en el arte es otra cosa, si bien es cierto puede que exista un par de piezas que algunas están en los museos, no creo que el total de la obra de un artista sea digna de dejar registro.  

 

Encuentro que artísticamente no tiene el peso para ser un hito importante, lamentablemente ha habido una sobre valoración de la obra  plástica de Juan Luis Martínez.  Yo sé que hay gente en Valparaíso que está estudiando su trabajo, pero creo que hay  una mirada dirigida y una doble intencionalidad de  mistificar a fuerzas su trabajo. 

 

 Considero que hay un gran número de pintores chilenos de mucho más valía.  Y creo  que en torno a Martínez hay un pie forzado de aplaudir aquello que no es digno de aplauso.  No sé si conoceré toda la obra, pero si he visto gran parte de lo que se ha expuesto en los museos y eso me ha llevado a tener esta opinión.

 

L. P :  Siempre es interesante escuchar las opiniones de otros.  Sin embargo, nosotros creemos que sí existe un verdadero valor en la obra de Juan Luis Martínez y te damos a conocer nuestro concepto:

 

En primer lugar es necesario tener presente que Juan Luis Martínez es ante todo un poeta y que trabaja su obra a partir de los cánones del poema.  Es decir, para que un poema sea tal debe regirse por aquellas figuras literarias o tropos que le son propios, nos referimos al hipérbole, a la metáfora, la aliteración o el oxímoron, entre otros.

 

Además, tal como el propio Martínez reconoce en una de sus últimas entrevistas hecha por El Mercurio, él trabaja mucho con el significante, incluso más que con el significado de las palabras o las ideas.  Es la letra misma la importante dentro del poema y por extensión, otros objetos que son dispuestos concientemente para formar una obra.  Así, cuando nos enfrentamos a una de sus obras visuales debemos leerla como un poema, un verdadero poema visual.  Analicemos  muy someramente y a modo de ejemplo "Destellos de vanidad" de 1983 y luego "Paisaje urbano, Positivo - Negativo", de 1979.

 

 

En esta obra los objetos similares a calcetines horadados dispuestos en serie,  es una reiteración, pero como cambian de color, se pueden comparar con la aliteración, que es aquella figura donde se repiten sonidos similares, pero no las palabras completas.  Por otro lado, el desmembrar la fotografía de La Gioconda y colocarla en forma "desordenada", se acerca a lo que en el lenguaje es el hipérbaton.

 

 

En la siguiente obra donde un positivo y un negativo se juntan en una misma "oración" o el mismo plano, podemos identificar la presencia de un oxímoron, que es el tropo literario donde se juntan los contrarios.

 

 

 

LAS OBRAS VISUALES DE JUAN LUIS MARTÍNEZ SEGÚN ORDEN DE APARICIÓN SON LAS SIGUIENTES:

PER AMICA SILENTIA LUNAE, TÉCNICA MIXTA, 1971.

SWAN, TÉCNICA MIXTA, POST 1990.

SU OBSTINADO LLAMAR NUNCA SE APAGA, TÉCNICA MIXTA, 1965.

DESTELLOS DE VANIDAD, TÉCNICA MIXTA, 1983.

PAISAJE URBANO, POSITIVO - NEGATIVO, DÍPTICO, ACRÍLICO SOBRE TELA