A L I C I A   D A U V I N

L A   I N S P I R A C I Ó N   P O É T I C A

 

E S   U N   E S T A D O   D E   A L E R T A

 


 

 

 

 

 

Según las palabras del poeta Jorge Teillier, Alicia Dauvin se parece a lo que escribe, tiene esa sustancia. Va al centro como la médula en el hueso. Su poesía y narrativa es reflexiva y alentadora, siempre va más adelante del tiempo, sensible al devenir y se atreve. Es de palabra viva, es como en los salmos: pre-dice. Con su poesía, ella transforma la metafísica en bellos paisajes del entorno, del alma, de los sentimientos.

 


 

¿Qué te llevó a entrar en el mundo de la literatura?

 

Mi travesía infantil y a campo traviesa por la Cordillera de Nahuel buta, entre las montañas y el mar. Comprendí a muy corta edad que lo que imaginaba, o sucedía en el entorno era tan mágico que había que escribirlo: Mis cuadernos de composición se llenaban de historias, tal cual,  contaban las gentes  sabias en un lenguaje tan heterogéneo:  sus creencias, fábulas, chascarros, mitos y adivinanzas.  ¡Para ser feliz!   Entonces, con la literatura, tenemos una dualidad de bien adentro, entre las dos nos afanamos por todo. Hay tantos nacer, e infinidad de  caminos que se abren hacia fuera. Por eso escribo literatura, para presentarme ante mí misma y conocer a la otra y lo desconocida que es.

 

El ensimismamiento bucólico y lárico prendado a las circunstancias detonaban la creatividad hacia otros mundos diferentes, y que a la vez requieren de mí, otros sentimientos que nacen más nuevos, más puros diría yo. Y, a esos otros mundos muy parecidos a los sueños, y también a la realidad, con el tiempo he descubiertos métodos, me he adaptado y funcionan.

 

Y lo otro irrevocable, es aprender.  Estudiar para aprehender cada día más, o esperar, porque aún  falta vivir un poco más para saber qué es lo que escribiré mañana… Siempre expectante al nuevo texto. Esa es el ansia.

 

Aunque mis huertos estén oscuros y fríos, sean de arenas y me muera de sed. O si las palabras se vienen tristes y cansadas, nunca estoy a solas. Desde el paisaje hermoso siempre han de llegar voces augurantes a la expectativa de lo que aún no es. El sistema con las palabras es afable conmigo. Nada desde mí misma puede hacerme daño.

 

Escribir es la única manera insospechada de volar con mis propias alas, y es un viaje tan hondo, tan  abisal, o remoto, es  como estar en la inmensidad y a merced de nadie.   Aunque escribir es una grave elección, además hay que estar dispuestos a perdernos algunos afectos de la vida; apartarse del bullicio de las voces humanas; la vorágine áspera y ruidosa de las ciudades, aunque a los demás les parezca sospechoso.  Escribo para vivirme en todas las vidas que me sean deseables y eso quiere mi yo y ella: la otra que soy. Esa que creo ser, para conocer otras vidas que están en la nuestra. Y no en medio de una rutina ciega en donde mi Alma se niega estar.

 

Nací en medio del silencio, el viento, la escarcha, la lluvia. ¡Y música de la creación necesitan las palabras!  Esa es mi procesión, alcanzar a ser lo que es imposible que ocurra aquí. Mi temática, no siempre está con lo que ven los ojos: la realidad. Siempre estoy afuera percibiendo, con lo que siento,  pienso, lo imaginado para proponer un texto y trascender.

 

Evadirme hacia otras llanuras y aposentarme. Superponerme o descender.  La Vida es muy poco para tantos sueños, no me queda más,   ir y volver al caminante sempiterno que llevo adentro, recordando siempre el tiempo que transcurro, para alcanzar a merodear otras tierras más fértiles, esa es mi cosecha: lo que antecede y sucede a los caminos. Además, un escritor no vuelve a pasar dos veces por donde anduvo.

 

¡Ha, el  último poema, y el último texto tienen un encanto tan virginal, como si fuera el primero!

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

¿Cuál es tu  visión sobre la poesía?

 

La Inspiración Poética es un estado alerta, una circunstancia incomprensible. Una exigencia que no abandona nunca. Un navío que recorre el alma, ataviado de andanzas, experiencias, llenas de honduras, periplos lejanos, con ellos el poeta arma sus ritos y se siente parte  del Cosmos, como algo correspondiente, propio y natural.  Es el reposo previo e intenso, casi letárgico que se le da al Alma para encender la fragua y ese fuego se recibe con ardor, vehemencia y deseo, tal cual como se gesta la vida. Cuando todo llega hay que decirlo, entonces el poeta se transporta y trabaja con vehemencia para conceptualizar lo inmanente: Lo que se recibe desde adentro.

 

El lugar de la Inspiración es una patria nueva que cada poeta descubre muy lejos de los demás,  más allá de sus circunstancias, o merodeando la galaxia. Mientras dura el viaje de travesía, el poeta va armando un escenario con sus atribulaciones, donde nada y todo existe. Ni uno mismo.  El poeta es un teúrgico, siente la magia y se encanta porque puede comunicarse con sus deidades para alcanzar el prodigio de su verbo,  por combustión espontánea como en las llamas del fuego fatuo. Siempre está con nosotros ese Alguien que nos busca y nos designa.   El poema es el sentido agregado, imposible que alguien pueda amputarnos. La poesía salva al mundo de sus ramplonerías y bajezas, porque todo está más allá del “otro” y del “ello”.  ¡Y, qué bien, que así sea!

 

¡Oh, etérea manifestación

 y de confusas formas

que se embriona en mi regazo!

Me hunde al descender a lo más hondo

y trasciende cuando sube conmigo a lo más alto.

 

Yo no tengo mi culpa:

Es “Ella” la dama de abalorios.

Transverbera los sentidos

y se posesiona de mi Olimpo.

Se excita con las emociones

y misteriosamente entra

si yo la dejo entrar.

 

Ella nada sabe.

No depende del saber.

¡Es  alucinante!

 

 

¿Qué papel le confieres al escritor (al artista en general) dentro de la vida política y social?

 

El trabajo de un artista o de un escritor dentro de la vida política, en nuestro país, no está considerado ni incluido. Son dos áreas disímiles y en total divorcio. Incluso entre política y arte son como dos mundos apartes, inconexos, sin puntos de convergencia.  Este cieguísimo desconocimiento entre ambos sistemas sociales, como la política en el arte; o el arte en la política,  es muy  notorio y descabellado. Los que gobiernan o hacen política no son personas  cultas, ni idóneas en las Bellas Expresiones del Arte. Y las más de las veces, son personas  de una supina ignorancia en cuanto al  rol, trabajo y desempeño de un artista en el medio, en la sociedad, en el alma de la población. Se confunden. No comprenden. Y como consecuencia, la cultura paupérrima resalta a la vista en todos nuestros ritos cotidianos, y a lo largo del territorio: desiertos plagados con perros vagos y bolsas plásticas. Aguas contaminadas; basuras y desperdicios de toda índole desparramados por barrios y plazas,  como si fuese un paisaje de lo cotidiano y natural. ¿A caso no es ello, la más clara demostración de que autoridad y población cortan el paño con las mismas hilachas.

 

Un político es una persona civil elegida por el voto de un pueblo en aras por mantener la organización pública y civil de una zona, ciudad o comuna. Muchas veces, alcaldes, gobernadores, senadores,  la heterogénea común de ellos, no ha cumplido la enseñanza media de su educación. Padecen de una considerable ignorancia por las expresiones de los artistas, en todas sus demostraciones. Les es un patrimonio sin comprensión, incluso desconocen su “utilidad”.

 

Yo le confiero al escritor, al artista en todas las áreas y géneros , primordial injerencia en la educación, en la política, en el desempeño del gobierno,  en las normas y preceptos que hacen culta a una nación, cualquiera sea su ideología. Mi país merece ser el mejor lugar en donde quede demostrado que todos podemos ser ciudadanos educados, responsables, amables y considerados. Andar por la vida, orgullosos por nuestros artistas e intelectuales.  Un Ministro de Cultura, sine qua non, debe ser un artista destacado y vigente, en su disciplina, en el arte y la cultura. Debe ser una persona demostrable en su oficio y con conocimientos superiores. Que esté familiarizado con La Belleza y la sublimidad en el Arte, y que sea capaz de instruir a la ciudadanía, incluyendo todas las disciplinas artísticas en la educación. Crear instancias y mecanismos “itinerantes” para proponerlo masivamente a lo ancho y largo del país.  Obvio, de gran importancia.  La Administración de los Recursos,  con personal idóneo en el área de la economía.  Ningún país se merece  un Ministro de Cultura por cuoteo político, ni compadrazgos: ¡es una aberración!    ¡Al César, lo que es del César!!!

 

¿Cuáles son los referentes literarios o extraliterarios que influyen en tu poesía?

 

Mis referentes literarios, han sido por siempre, la lectura estudiosa de los  grandes poetas y narradores inscritos en la histórica de los nóbeles; mi formación humanista; mi entusiasmo y  estudios por la literatura y filosofía; el arte, porque soy artista. Mirar el cielo y comprender lo que la noche nos adelanta para el  día siguiente.  Uno nunca es literalmente el resumen de sí mismo, involucra la experiencia, la práctica por el oficio; la vida, la profesión,  disciplina para trabajar con el oficio, y de intentarlo muchas veces: descubrir los secretos y las herramientas para el oficio literario. Son tan diferentes los andamios que hay que construir para lograr la arquitectura en cada obra literaria.  Mi escritura es cósmica, naturalista, consciente, reflexiva, y a la vez,  intuitiva cuando pongo a servicio de la escritura, la imaginación, proponer más allá de lo visual. Inventar, imaginar un mundo y que funcione.

 

Y, la Poesía: ¡Ha,  esa diosa de grandes encantamientos, es tan  vital, profunda, sentida, importante!  Escribir ha sido mi oficio permanente y sin olvidos. ¡Ahí me gusta estar: vivir con las palabras!  Como se dice por mis pagos, “al aguaite”.