Jorge González.

FABRICANTE DE EMOCIONES

POR MARIA TERESA  PÉREZ.        

   Jorge González Pérez, nació en San Fernando en 1930.  De profesión periodista y masoterapeuta.

   Durante su vida se desempeñó realizando notas periodísticas en el diario "La Tercera".  También hizo propaganda radial para una agencia de publicidad.  Fue libretista de radioteatro en la  "Radio Agricultura" y desde que aprendió el oficio (en el colegio) alternó su profesión de periodista con el de  masoterapeuta.

 

Escritor de cuento, novela, teatro y poesía; tiene a la fecha los siguientes premios:

-1990: Premio de periodismo en España.

-1991: Primer lugar Concurso TIFLOS de Poesía en España.

-2000: Tercer lugar Concurso de Cuentos en Chile.

Publicaciones:

   En el año 2000 fue incluido en la Antología de Cuentos Abajo las Barreras y recientemente acaba de realizar su primera publicación personal.

   Su libro Memoria de un vendedor de limones, si bien, no es de poesía sino novela, el autor espera que éste sea el momento de la apertura.

 

 

   A sus 72 años, Jorge González Pérez, está dedicado casi un cien por ciento a escribir y con una memoria clara de lo que han sido sus vivencias.

   En una pequeña sala de la Biblioteca de Ciegos, descubro toda la nobleza de un hombre que lo retrata de cuerpo entero cuando lo escucho hablar así de su vida: "Perdí la vista antes de cumplir los dos años sin tener ningún problema visual.  Por una enfermedad muy distinta, un médico me recetó algo que afectó mis ojos y quedé ciego en dos días".

   Su nobleza queda de manifiesto cuando justifica este error diciendo: "Todos nos equivocamos alguna vez y creo que todos quisiéramos que los afectados por nuestros errores fueran indulgentes con nosotros y que ojalá nos dijeran No importa muchacho".

 

   Natural de San Fernando, llega con su familia a Santiago producto de la gran crisis económica mundial de 1930.

   Sus estudios primarios los realizó en un internado para ciegos del cual salía a visitar a su familia sólo durante las vacaciones de verano y sus estudios secundarios los hizo en el liceo de su barrio.  

 

   Cuando le pregunto si hay algún cómo o un por qué comienza a escribir, recuerda: "El internado en el que yo estaba era de monjas.  Era un clima muy, pero muy cruel y yo decía...¡Pucha, como me gustaría poder escribir para contar todo esto!".

   "Recuerdo que estábamos en una sala castigados, todos de pie.  Entonces, a un muchacho que tenía un poco de vista una monja lo retó y le quería incluso pegar.  Este muchacho, que conservaba algo de visión, esquivaba los golpes y eso enardecía a la monja; fue por esto que ella le amarró las manos en la espalda y para pegarle en la cara se sacó una zapatilla.  El muchacho estaba a una distancia cercana a mi escritorio y aullaba de dolor.  De repente sentí que algo cayó en mi pupitre y mentalmente dije...pucha, que suerte, se safó las manos y saltó un botón de su camisa en mi pupitre. Entonces, pasé las manos para recoger el botón y en realidad...era un diente".

   "Eso gatilló mi interés por escribir y lo cuento en uno de mis libros.  En el colegio escribí mi autobiografía y ahí está esta historia".

 

Es por esto que, cuando me habla de toda su obra me dice: "Tengo hartos libros inéditos esperando darle, alguna vez, el palo al gato.  Pero hay una cosa que se me ha criticado mucho, dicen que escribo mucho acerca de ciegos -esa es la crítica- como si pareciera que yo fuera ciego.  Siempre recomiendan escribir acerca de lo que uno más conoce y eso es lo que hago.  Otra cosa, todo lo que se sabe de ciegos está hecho por personas que ven, no hay cosas escritas por ciegos.

 

 

   Su poesía, en cambio, como el mismo dice, es de puro amor, amor de enamorado, amor por las mujeres.  Sus diez libros inéditos de poesía son de puro amor.  Poesía que le gusta con métrica y respetando cierto nivel de rima.

   De la poesía actual, aunque le gusta, difiere en algunos conceptos y dice: "Yo escribo para que mi poesía se entienda.  Ese es mi máximo placer.  Comunicar mi emoción a otro.  Si ese otro no lo entiende, no saco nada porque yo no escribo para mí".

   Le apasiona la poesía de Neruda.  Eso sí, después de Residencia en la tierra.

   Le gusta y me recomienda leer Papillón de Henry Charrier.

   Como escritor se define o dice ser "un fabricante de emociones".

 

   De su vida cotidiana le gusta mucho escribir.  Ama su grabadora y la música que tiene.

   Le gusta todo lo dulce, incluyendo a las mujeres dulces.  De ellas, lo seduce una bonita voz y las manos.  O sentirlas caminar con esos tacos finos que suenan como pequeñas gotitas de lluvia y que en cierto modo, lo vuelven loco.

 

   Sus sueños nocturnos son con ruidos, olores, palpaciones de presencia, etc; pero alguna vez soñó manejando un auto, llegar a una esquina y bajarse para "ver" si venía algo.

 

   Lo que más le disgusta como peatón ciego es, por ejemplo, que a veces se roban las tapas de las alcantarillas convirtiéndose en una gran trampa al caminar; o sentir que te caen en la cabeza gotas sucias de maceteros con plantas puestos en las ventanas.

   Ahora, cuando me relata una de sus anécdotas lo hace así:  "Con algunos amigos ciegos, a veces nos juntamos para hablar de nuestros chascarros.  Una vez, un muchacho contó lo que le pasó cuando iba a cruzar una calle. A su lado estaba un señor a quien le pidió ayuda.  Ese señor lo ayudó, pero, al atravesar la calle, había un hoyo y cayó en él.   Lo curioso de esta historia es que ese señor era yo y no se lo dije".

 

   Si le dijeran que existe la magia para que vea por cinco segundos, no le interesaría ver ninguna cosa.  Pero si le pidieran repetir su vida con todo lo bueno y lo malo, lo haría, saltándose eso sí lo del internado.  Eso no quisiera volver a vivirlo por nada del mundo.

 

Palabras finales del escritor:

 

   "Quiero aclarar que mi condición de ciego no implica otras cosas.  De no haber sido ciego, seguramente igual habría escrito.  Esta no es una relación que sea obligatoria de alguien que no tiene nada más que hacer.  Mi habilidad la desarrollo en plenitud".

 

Regalo

 

Dejaré entre tu manos esta canción delgada

como gota de luna perfumada y tranquila,

para oír cómo tiemblan sus arpegios de plata

en la red transparente de tu suave sonrisa.

 

Te daré la frescura de un puñado de rosas,

la quietud de la tarde cuando el sol agoniza

para que tu tristeza sea como el rocío

que derrama sus perlas en la noche sencilla.

 

Te daré la palabra, deliciosa del agua,

el perfume del alba que hace dulce la espiga

para ver toda tu alma florecida en noviembre

y al llegar el verano, derramando caricias...

 

Yo pasaré a tu lado con mi cesta de sueños

te cogeré un racimo de tu simple alegría.

Entonces, con tu nombre, cual perla entre los labios,

me alejaré, jugando por la orilla del día.

 

 

POEMAS.

 

 

 

 

 

 

Juntos a través del Universo

 

Perfumabas el aire como una melodía,

cuando tu paso cruzaba el universo.

Ibas callada persiguiendo los crepúsculos como una gota delicada de silencio.

 

Todo era tierno y musical, cuando pasabas;

la inmensidad del mar, la tierra, el cielo...

en cada cosa tu huella iba dejando

las dulces resonancias de algo nuevo.

 

Hasta el campo solemne de rocío,

quedó vibrando a tu paso como un pétalo;

porque tu andar era una inmensa sinfonía

de atardecer, de miel y de silencio.

 

Te adiviné pasar, inmaterial y sugerente,

persiguiendo los crepúsculos y el viento.

Mi palabra se enredó en tu cabellera

y vamos juntos a través del universo.

 

 

Trigo Perdido

 

El éxtasis del trigo era canción en tu alma

y en tu raíz de fiesta, un sol de primavera,

ponía gotas dulces de néctar y campana,

invadiendo tus ansias de frutos y de estrellas.

 

El viento sacudía tu cuerpo al mediodía

en las olas sucesivas, como al trigo en el campo.

El mismo viento alegre que canta con los pájaros,

hoy dobla tu cabeza al hueco de otros brazos.

 

Ahora que estás lejos de tu labriego amigo

¿quién cuidará de ti a lo largo del año?...

en esta primavera tan triste que ha caído,

habrás dado los frutos con un sabor extraño...

 

 

 

 

POEMAS.

 

 

 

 

 

Atardecer

 

A lo lejos derrama un campanario

su fina lluvia de metal doliente;

Un cansado reloj muy quedamente  

el tiempo va limando con su horario.

 

Entre las manos piadosas, un rosario

desgrana su plegaria dulcemente;

la moneda del sol, resplandeciente

rueda triste a su cobre milenario.

 

Un bálsamo de paz trae la brisa,

la fuente del jardín calla su risa

y el silencio de las flores adormece.

 

Abre sus alas de amor mi pensamiento,

oigo tu voz en la música del viento

y triste pienso en ti, cuando atardece.

 

POEMAS.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Suspendida en el tiempo

 

Oh, delicada red de silenciosos pétalos,

sueño integral del verso siempre anclado en mi alma

te recuerdo, en mis venas se estremece de frío

y te has ido alejando de mis tímidas aguas.

 

Te entregué mi esperanza y me diste al olvido

y tu sed pasajera se apagó con mis lágrimas;

pero aún en la ardiente tempestad del silencio

floreció para amarte mi canción solidaria.

 

Suspendida en el tiempo, tu magnética sangre,

destruyó indiferente mi locura encantada;

pero aun en mis versos comprimí tu cariño

para hacerte más íntima y esencial a mi alma.

 

¿En qué cáliz distante se endulzaron tus labios,

cuando tu alma baila suspendida en la nada?

Si eras hecha de hojas, como el libro y la rosa,

¿cómo cupo en tu frente tanto sol y fragancia?

 

Cerraré el viejo libro que escribimos cantando

cuando el agua en tus manos se dormía callada...

si comparo tu risa con mis tristes herencias,

mi canción te rodea sin tocarte las alas.

POEMAS.