Ser
un escribidor es otra manera del ver el oficio literario. En
algún lugar de Latinoamérica se le llama así a quien
escribe por encargo, a aquel que, por extensión, es un obrero de las
letras. También, si quieren, es volver al antiguo tópico
literario de la falsa modestia.
Durante el
período legislativo que ahora termina en México, bajo la presidencia de
Felipe Calderón, han sido brutalmente asesinados cerca de 60 mil seres
humanos. Icono de esta barbarie, muchas veces tutelada y consentida, se
alza en la frontera mexicana, en mitad del desierto, Ciudad Juárez,
mundial y tristemente conocida por los feminicidios y la impunidad que
los rodea. La guerra encubierta entre grupos de narcotraficantes y los
grupos de poder que los encubren, a uno y otro lado de la frontera, son
el origen de estas atrocidades, auténticos crímenes contra la humanidad,
frente a las que no podemos acostumbrarnos, ni callarnos, tal y como el
terror pretende. La impunidad de todo crimen se nutre del olvido, el
silencio, la corrupción, y la desmovilización ciudadana.
En septiembre de
2011 un grupo de jóvenes activistas y escritores decidieron salir a la
calle bajo el lema "Escritores por Ciudad Juárez" , desafiando a las
organizaciones criminales a quienes las encubren, para manifestarse
abiertamente y a cara descubierta y reclamar por el pueblo de Juárez.
Este año, el primer día de septiembre, la convocatoria fue
internacional, y en distintas ciudades del mundo se registraron lecturas
y actos culturales como apoyo a los hermanos mexicanos. Este es el
registro de lo acontecido en Chile.
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